sábado, 23 de mayo de 2009

CLARA SCHUMANN
















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(Leipzig, Alemania, 13 de septiembre de 1819 - Fráncfort del Meno, Alemania, 20 de mayo de 1896). Clara Wieck Schumann fue sin duda la pianista más importante del siglo XIX. El público europeo la consideraba tan buena como Franz Liszt (1811-1886) o Sigismund Thalberg (1812-1871), otros pianistas virtuosos famosos en aquella época. Estuvo casada con Robert Schumann (1810-1856), uno de los más importantes compositores del Romanticismo alemán. Con Johannes Brahms (1833-1897), otro gran compositor del siglo XIX, cultivó una amistad que duró hasta la muerte. Clara fue admirada por otras personalidades de la época, como Goethe, Mendelssohn, Chopin y Paganini. Además de ser pianista, escribió su propia música y editó muchas obras de su esposo.

No compuso mucho pero las obras que conservamos de Clara tienen gran mérito. Escribió música para piano solo, canciones para voz y piano, música de cámara y obras orquestales. Las razones por las que no se dedicó en mayor grado a la composición, a pesar de su talento evidente,fueron varias, entre ellas su carrera de concertista, sus ocho hijos, la devoción por su esposo y el papel de la mujer en el siglo XIX. Clara tuvo una formación musical privilegiada, lo que junto con su comprensión musical y habilidad le permitía abordar exitosamente la composición. Sin embargo, alguna vez escribió en su diario:

Alguna vez creí que tenía talento creativo, pero he renunciado a esta idea; una mujer no debe desear componer. Ninguna ha sido capaz de hacerlo, así que ¿por qué podría esperarlo yo?

Clara tuvo una gran fortaleza espiritual que le permitió soportar una vida dura como artista y llena de tragedias en el ámbito personal, como la separación de sus padres, la muerte prematura de varios de sus hijos y el intento de suicidio y la posterior muerte de su esposo. Pero también tenía también algunas inseguridades. Como compositora, por ejemplo, dudaba de su talento, sin importar que fuera evidente. No se consideraba bella físicamente, a pesar de que nos consta que era una hermosísima mujer e incluso como pianista, después de escuchar a Liszt -quien, por cierto, la admiraba y la reconocía como gran pianista y compositora- pensaba que, si bien tocaba mejor que las mujeres pianistas de la época, no tenía nada que hacer frente al virtuoso de origen húngaro.

Como hemos visto, Clara no era precisamente una mujer "feminista". Sin embargo, fue una mujer fuera de serie en muchos aspectos. En aquel entonces, era frecuente encontrar "niñas prodigio" que tocaban muy bien obras de gran dificultad y conquistaban al público amante de la música. La mayoría de estas jóvenes, cuando llegaban a cierta edad, dejaban el concertismo y se dedicaban al hogar, a dar clases o a otras actividades musicales, alejadas de los escenarios. A diferencia de estas mujeres, la carrera de Clara continuó en los más altos niveles profesionales hasta pocos años antes de su muerte. Realizó alrededor de cuarenta giras de conciertos por el continente europeo y en todos lados era recibida con los más altos honores. Fue una profesional en el sentido económico también: cobraba dignamente, igual que los otros virtuosos de la época, pues fue por mucho tiempo el único soporte de la familia.

Los inicios de una virtuosa

Clara fue la hija menor de Friedrich Wieck y Marianne Tromlitz. Su padre era un reconocido maestro de piano y tenía un negocio de venta de partituras y de pianos. Su madre era una renombrada cantante y pianista. Su padre planeó para Clara una vida de concertista. Se preocupó por darle una formación completa, desde muy niña, con los mejores maestros disponibles: además de piano estudió canto, violín, instrumentación, contrapunto y composición. Friedrich le inculcó a su hija una férrea disciplina y actuó como su agente promotor para conseguirle presentaciones en Europa. Dio su primer recital en la Gewandhaus de Leipzig -una sala de conciertos de gran renombre hasta nuestros días- a los 11 años y al año siguiente se fue de gira a París, con bastante éxito. Ese mismo año, se publicó en Alemania una obra de Clara titulada Cuatro polonesas para piano. Dos años más tarde, en 1833, comenzó la composición de un concierto para piano, que terminó en 1835 y fue publicado en 1837.

Toccatina Opus 6, número 1

Clara escribió entre 1834 y 1836 una colección de 6 piezas para piano solo que forman su Opus seis, llamado Soirées Musicales. "Opus" es una palabra del latín que quiere decir "obra", y se abrevia "Op." El número de opus era generalmente asignado por el compositor a sus obras publicadas y en muchas ocasiones -aunque no siempre- obedece a un orden cronológico de composición.

Soirées Musicales quiere decir algo así como "tardeadas musicales". Este título se refiere probablemente a las reuniones o tertulias musicales que eran frecuentes en el siglo XIX. La primera pieza del Opus 6 lleva por nombre "Toccatina". Una "toccata" es una obra virtuosa, brillante, así que una "toccatina" es una "pequeña toccata".

La Toccatina de Clara tiene una sección inicial (A), una sección media que contrasta con la inicial (B) y una sección final (A) que es igual o muy parecida a la inicial. La pieza se puede representar como A B A y decimos entonces que tiene forma "ternaria".

La sección A es brillante, agitada y muy rítmica, mientras la sección B tiene una melodía principal cantabile, aunque el elemento rítmico de la toccata no desaparece nunca. Hay movimiento constante durante toda la pieza, incluso durante la sección B.

Clara y Robert

Cuando Clara tenía 11 años, llegó un músico 9 años mayor que ella a estudiar con Friedrich Wieck. Se trataba de Robert Schumann, quien era entonces un personaje desconocido con inclinaciones literarias, que se iniciaba en la composición y que quería seguir la carrera de concertista. Robert se quedó a vivir en casa de su maestro, cosa frecuente en la época. Para entonces, Clara ya era bastante madura, probablemente por las experiencias que había tenido en su vida de concertista profesional; así que entre Robert y Clara se forjó una cálida amistad a pesar de la diferencia edades. Pronto la amistad se transformó en amor y en 1837 pidieron permiso al padre de Clara para casarse, pues ella era menor de edad y tenía que esperar hasta cumplir 21 años o contar con el consentimiento de los padres. Pero Friedrich Wieck se opuso, argumentando que Robert era alcohólico, tenía propensión a las enfermedades mentales y no podía mantener a Clara. Entonces empezó una ardua batalla legal, que ganaron los novios y se casaron en 1840, un día antes del cumpleaños 21 de Clara.

En aquella época lo común era que los compositores tocaran sus propias obras, como Liszt y Chopin. Pero Robert se lastimó una mano y tuvo que olvidar sus esperanzas de convertirse en pianista virtuoso, así que se dedicó a escribir música y crítica musical. Clara, desde muy joven, comenzó a tocar en público las obras de Robert, quien se dedicó a escribir exclusivamente para piano. Las obras de Robert están llenas de significados extramusicales, donde Clara aparece constantemente. Un ejemplo es en el Carnaval Op. 9, donde hay una pieza que se llama precisamente Chiarina, que, como "Chiara" o "Zilia", es uno de los nombres con que Robert se refería a Clara. Una gran parte de las obras de Robert fueron dedicadas a Clara o fueron escritas con ella en mente. Fue igualmente la pianista que estrenó el Concierto para piano y orquesta en la menor de su marido en Leipzig en 1896.

Robert y Clara se amaban profundamente. Compartieron muchas cosas de su vida y de su música, que era para ambos parte fundamental de su existencia. Desde el día de su boda llevaron un diario en conjunto. Un poco después, la pareja escribió un conjunto de canciones, que Robert publicó ocultándoselo a Clara para presentárselas en su primer aniversario de matrimonio. Así, de las 12 canciones del Op. 37 de Robert Schumann, tres son de Clara.

Un Scherzo para Robert: En la navidad de 1841 Clara le regaló a Robert una pequeña pieza que acababa de componer. La obra estaba titulada Scherzo, que es una palabra italiana que significa "juego".

El Scherzo Op. 15, No. 4, al igual que la Toccatina, tiene forma ternaria (A B A). La parte inicial es viva, rítmica y juguetona como corresponde a un "scherzo", y la parte media es mucho más melancólica que la primera.

Variaciones sobre un tema de Robert Schumann, Op. 20

Después de no haber compuesto nada hacía cinco años, Clara decidió volver a la composición y escribió en su diario en 1853:

Hoy comencé a componer de nuevo, por primera vez en varios años. Para el cumpleaños de Robert quiero escribir variaciones sobre un tema de sus Bunte Blätter. Sin embargo, es muy difícil para mí porque he estado alejada de la composición por demasiado tiempo.

El tema elegido era una pieza que había compuesto Robert en 1841 y que fue publicada en 1852 como el número 4 de su Opus 99, una colección de 10 piezas llamada Bunte Blätter. La obra de Clara se publicó como su Opus 20 en 1854, cuando Robert estaba ya hospitalizado después de su intento de suicidio. Varios años más tarde apareció otra obra basada en el mismo tema: Johannes Brahms -entrañable amigo de Robert y Clara- la utilizó en su Opus 9, en cuyo manuscrito escribió '"'Pequeñas variaciones en un tema de él / dedicado a ella".

El tema se compone de tres secciones. La primera sección tiene dos frases y la melodía principal está en la voz superior (la más aguda).

Aunque en la partitura solamente aparecen escritas los títulos del tema y de siete variaciones, hay una más, que es la octava variación.

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